domingo, 13 de abril de 2014

Diversidad de los Seres Vivos y clasificación


En la actualidad existen unos dos millones de tipos diferentes de seres vivos. Además cada año se descubren miles de especies nuevas que es preciso identificar y clasificar. Dada esta enorme diversidad, para estudiarlos es necesario reunirlos en grupos según sus semejanzas y orígenes.

La clasificación de los seres vivos es posible gracias a que algunos se parecen entre sí más que otros. De este modo, los organismos se pueden agrupar atendiendo a sus afinidades morfológicas (parecido físico) y de parentesco.

La evolución hace que aparezcan nuevos grupos de individuos a partir de un grupo antecesor. Esos nuevos individuos serán semejantes a los del grupo del que proceden. Las características comunes que posean permitirán clasificarlos en relación con los individuos de los cuales descienden. Por ejemplo: los seres humanos, los chimpancés, los gorilas y los orangutanes estamos emparentados evolutiva mente, porque todos somos primates. Sin embargo, pertenecemos a familias, géneros y especies distintas ya que hemos evolucionado de forma diferente.

Los grupos que se establecen para clasificar a los seres vivos se denominan taxones, de los cuales la categoría fundamental es la especie. Los individuos que pertenecen a una misma especie pueden reproducirse entre sí. Además, su descendencia es fértil, es decir, puede engendrar una nueva generación.

Resulta imposible no darse cuenta de la enorme variedad de seres vivos que pueblan la Tierra.



Los seres vivos pueden ser unicelulares y pluricelulares.

Hasta el siglo XIX, una de las finalidades básicas de la biología, y en particular de la taxonomía, fue el descubrimiento y clasificación de los diferentes seres vivos.

Su desarrollo constituyo la sistemática o taxonomía evolutiva.

Además de una correcta clasificación, era preciso denominar los diferentes grupos. Surgió así la nomenclatura científica.




La Tierra está habitada por muchas formas de vida. Ya se han descubierto más de un millón de especies de animales y 325 000 especies de plantas y se estima que puede haber varios millones de especies diferentes de seres vivos. Esto hace necesario un sistema de clasificación que agrupe a los diferentes organismos en grupos de características comunes. La taxonomía es la parte de la ciencia que se ocupa de la clasificación

 Tradicionalmente, los sistemas de clasificación se basaban sobre todo en la comparación de los órganos y se establecía el parentesco de acuerdo con la semejanza de éstos. Pero estos criterios pueden no ser acertados pues, por ejemplo, si atendemos al criterio “tener alas”, incluiríamos en el mismo grupo a los insectos y a las aves. Actualmente, el criterio que rige la clasificación de los seres vivos es el parentesco evolutivo, de forma que se agrupa a los organismos de acuerdo con su origen evolutivo común, tengan o no tengan estructuras corporales parecidas. Por ejemplo, los cetáceos (delfines, ballenas, etc.) tienen un origen evolutivo común con el resto de los mamíferos a pesar de que sus extremidades no tengan forma de patas sino de aletas. Por ello, aunque su morfología corporal se asemeja más a la de los peces, no se les incluye en este grupo sino en el de los mamíferos, ya que su origen evolutivo es éste. Podríamos decir que un delfín es un mamífero cuyas extremidades fueron cambiando a la forma de aletas, forma más eficaz para trasladarse por el medio acuático.


 Para determinar el parentesco evolutivo, cada vez se utilizan más las técnicas moleculares basadas en la comparación de diferentes sustancias como proteínas (secuencia de aminoácidos), ADN o incluso rutas metabólicas.

                               TAXONOMÍA Y NOMENCLATURA

 Los sistemas de clasificación son jerárquicos: constan de grupos dentro de otros grupos organizados en diferentes niveles. Por ejemplo, dentro del grupo de los vertebrados se incluye a cinco grupos: peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos; dentro del grupo de los peces existen otros grupos y así sucesivamente. Cada uno de los niveles de clasificación se denomina taxón.

La categoría taxonómica básica es la especie. Varias especies afines pueden agruparse para constituir una categoría taxonómica superior: el género. Varios géneros similares se reúnen en la misma familia. Las familias semejantes forman un orden; varios órdenes afines forman una clase y varias clases cercanas forman un filo (tipo en el caso de los vegetales). Los filos con características básicas comunes forman un reino.

  Cuando alguno de los niveles es muy diverso, se utilizan categorías intermedias que se identifican con los prefijos sub- o súper-: subfilo, super
clase, subclase, súper orden, suborden, etc.

                                                NOMENCLATURA

  La nomenclatura es el sistema de reglas adoptado para poner nombre a los organismos vivos. Dado que un mismo ser vivo puede tener diferentes nombres comunes (dependiendo del idioma o incluso de la zona geográfica), para el ámbito científico se hace necesario adoptar un sistema por el cuál, cada organismo tenga un único nombre igual para todos los idiomas y lugares del mundo. Este sistema es la nomenclatura binomial, ideada por el naturalista sueco Kart Von Linné (Lineo), que consiste básicamente en asignar a las distintas especies un nombre científico formado por dos palabras, latinas o latinizadas. La primera de ellas lleva inicial mayúscula y hace referencia al género al que pertenece la especie. La segunda identifica a la especie concreta y se escribe en minúscula. El nombre científico de una especie debe resaltar del resto del texto, por lo que se escribe con otro tipo de letra, en cursiva o subrayado.

 Passer domesticus – Octopus vulgaris – Homo sapiens – Quercus robur – Amanita muscaria – Escherichia coli

 Los taxones superiores a la especie se designan con un solo nombre y, a partir de la familia, se suele utilizar el idioma correspondiente en vez del latín.


                 CLASIFICACIÓN GENERAL DE LOS SERES VIVOS


                                                    LOS 5 REINOS
  
 Tradicionalmente se consideraban dos reinos y todos los seres vivos pertenecían a uno de los dos: vegetales o animales. Aquellos organismos capaces de moverse y que se alimentan de otros seres vivos se encuadraban dentro de los animales y aquellos organismos verdes, capaces de fabricar los nutrientes que necesitan e incapaces de moverse se clasificaban como plantas. Aún hoy persiste esta clasificación simplificada en ámbitos no científicos, pero los avances en el conocimiento de los organismos vivos y en las técnicas científicas hacen que esta clasificación de todos los seres vivos en sólo dos grupos sea insuficiente e incompleta. Por ejemplo, los hongos son organismos que tienen un modo de vida que recuerda al de las plantas (no tienen movimiento y viven unidos a un sustrato) pero su forma de nutrición es similar a la de los animales (nutrición heterótrofa, en este caso se alimentan de sustancias orgánicas en descomposición); esto hace que no puedan ser incluidos en el grupo de los animales ni en el de los vegetales.

Por ello, no se consideran dos reinos sino cinco.

1. REINO MONERAS: Incluye a todos los organismos con células procariotas (organismos procariontes). Son unicelulares que viven aislados o formando colonias. Los hay autótrofos y heterótrofos y se reproducen asexualmente por fisión binaria (proceso distinto a la mitosis, que no se da en estos organismos). En este reino se incluye a las bacterias y a las cianobacterias.
El resto de seres vivos de los otros cuatro reinos, poseen todos células eucariotas.

2. REINO HONGOS O FUNGI: Son organismos eucariontes, en su mayoría pluricelulares con un cuerpo formado por filamentos llamados hifas. Las células de estas hifas tienen una pared de quitina (polisacárido). Son heterótrofos que se alimentan por absorción de moléculas orgánicas disueltas en el medio en que viven (realizan una digestión externa: segregan enzimas y absorben después las moléculas resultantes de la digestión; son por tanto descomponedores de materia muerta de animales y plantas, junto con las bacterias). Reproducción sexual por gametos o asexual por esporas.  Las levaduras son hongos unicelulares que se utilizan para elaborar pan y bebidas como la cerveza o el vino. Las setas son el órgano productor de esporas de un hongo pluricelular cuyas hifas se encuentran bajo la superficie formando el micelio. En este reino también se incluyen los líquenes, asociaciones simbióticas entre un alga y un hongo; las células del alga se sitúan entre las hifas del hongo. Los nutrientes sintetizados por el alga son aprovechados por el hongo, que proporciona un ambiente húmedo y protegido a las células del alga.

3. REINO PLANTAS O METAFITAS: Son organismos eucariontes, pluricelulares, fotosintéticos (y por tanto, autótrofos) cuyas células tienen pared de celulosa (polisacáridos). Forman tejidos diferenciados. Son plantas los musgos, los helechos, las coníferas y las plantas con flores aparentes.

4. REINO ANIMALES O METAZOOS: Son organismos eucariontes, pluricelulares, heterótrofos sin pared celular. Forman tejidos y durante su desarrollo embrionario pasan por una fase denominada blástula.

5. REINO PROTISTAS O PROTOCTISTAS: Son organismos eucariontes unicelulares, o pluricelulares que no forman tejidos, que no pueden incluirse en cualquiera de los otros tres reinos eucarióticos. Por ejemplo, no pueden incluirse en los móneras porque son eucariontes, ni en las plantas porque no forman verdaderos tejidos, ni en los animales porque ni forman tejidos ni pasan por la fase de blástula.

 En este reino se agrupa a las algas eucariotas -uní o pluricelulares- (seres fotosintéticos), los protozoos (seres unicelulares heterótrofos) y un grupo de organismos parecidos a los hongos denominados hongos mucilaginosos.

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